Gracias a todos por venir

San Miguel viernes por la noche significa baile con el Trébol de Castilla en Bordecorex.

Este tradicional comienzo se ha establecido como uno de los acontecimientos de la fiesta que más gusta a los vecinos. El baile, al realizarse en el local de la asociación, hace que esta parte de la reunión sea más cercana para la gente de todas las edades. Al final, aunque los hombres se resisten a bailar, acaban cediendo; pero es que quién se resiste a bailar con Concha o Juanita, cuando el Trébol suena.

Sobre todo a horas más tardías, acudió gente de otros pueblos, que caldearon el ambiente, ya de por sí caluroso: el Teo siente la necesidad de quitarse la camiseta.

También a estas horas y con la ayuda del alcohol, las manifestaciones de amistad se suceden y  Guillermo, el vecino de Casillas, se arranca con el micrófono. Como siempre, incansables, el Trébol prolongó la fiesta hasta tarde, citando a la gente para el pasacalles del día siguiente.

Por la mañana, menos mal que no muy pronto, el pasacalles daba comienzo a la fiesta del sábado. Con un improvisado carrito, los miembros de la Asociación Río Torete repartieron moscatel y pastas por las puertas del pueblo a las que iban llamando. Desde Cantarranas a la cuesta del Castillo nadie se quedó sin su momento de música con el Trébol de Castilla.

Para almorzar, se repartieron migas con las uvas que trajeron amablemente los Herreros de Berlanga y, de nuevo, comenzó la fiesta. El vermú se acompañó con la música de la pareja del Burgo, que siguieron tocando sin tregua. Se bailaron temas ya clásicos como el de la escoba: Floren y Mari se lo tomaron muy en serio con la misma; o Paquito el chocolatero, con la original versión que hace el Trébol de este baile. Teo, por una canción o por otra, la fiesta la hace tirado por el suelo.

Después de comer (si por comer entendemos las cinco de la tarde), comenzó el festival Si hablaran las piedras. Los vecinos hicieron un improvisado sogatira que ganaron, por supuesto, los vecinos del pueblo. También se saltó a la comba en un intento desesperado por recordar nuestra infancia.

.

La gente que iba llegando disfrutaba con las demostraciones del oficio de los herreros de Berlanga, así como de la elaboración  de bastones por parte de Cheli, de Abioncillo. Algunas caras conocidas, como la de Mari de Caltojar, se vieron por la plaza.

Mayorala, de Minaya, vino a dar comienzo a las actuaciones musicales de la tarde. Este grupo folk nos dio a conocer la música y la tradición oral de Albacete.

Juan Cataliana, cuentacuentos para pequeños y mayores, que este año tuvo la colaboración de numerosos niños para su espectáculo.

También inseparables de estas fiestas en Bordecorex, la actuación de Menaya Folk.

Menaya recordó la importancia del vino en las fiestas, y los miembros de la asociación pasaron la bota a todos los asistentes..

Como la noche fue fría, hay que coger calorías para seguir: un trago de la bota y una caldereta.

Después de la cena, actuaron para terminar la fiesta Tuco  y Definitivos, con la inesperada colaboración de Roberto "La voz de oro de Soria".

A altas horas de la madrugada, la charla y conversación pusieron fin al festival.

El domingo día de descanso con la "Tradicional Recogida y Oración". Hay que guardar fuerzas para el día del santo: 29 de septiembre. Misa, procesión y un aperitivo para acabar las fiestas de San Miguel.

Hasta el próximo año y muchas gracias a todos por venir.

 
 
Noticias Anteriores
 

 

Contacta con nosotros wwwbordecorex